miércoles, abril 05, 2006

-¿Hay alguien ahí?
-No.
-Eres un mentiroso.
-¿Yo?
-No, mi tía la del pueblo. Claro que tú.
-Oye, cuidadito con lo que dices. Al último que me llamó mentiroso . . . ahora mismo no me acuerdo del último que me llamó mentiroso, pero seguro que le hice algo terrible.
-¿Cómo de terrible?
-Mucho.
-¿Podrías ser un poco más explícito?
-Estooo, yooo, bueno . . . ¡NO CAMBIES DE TEMA! ¿Por qué me has llamado mentiroso?
-Ah, pues porque me has dicho que no había nadie, y es obvio que tú estás aquí. ¿Le arrancaste la piel a tiras?
-¿La piel a tiras? ¿De qué hablas? Y yo no te he mentido; a parte de ti y de mi aquí no hay nadie.
-¡Ah! entonces ha sido un malentendido, perdona. ¿Entonces qué le hiciste?
-¿De qué hablas?
-De lo que le hiciste al que te llamó mentiroso.
-¿Y eso qué más da?
-Hombre, tengo curiosidad.
-. . . A todo esto, ¿dónde estamos?
-No lo sé, yo lo último que recuerdo es estar tomando la penúltima en "el duende verde".
-Claro. . . no he podido evitar darme cuenta de que tienes la voz un poco extraña. . .
-Puede ser.
-. . . y ahora que entra un poco de luz por esa ventana . . . parece que tienes la piel escamosa y verde. Y esa boca alargada y con tantos dientes . . . ¿eres un cocodrilo?
-Premio para el caballero. Veo que no se te escapa una.
(Sonido de una puerta al ser arrancada de sus goznes y golpear contra el suelo)
-Jamás había visto a nadie correr tanto . . .

MORALEJA: Si vas a amenazar a alguien, asegúrate de que no es un cocodrilo

1 Comments:

Blogger Oliva said...

Dios mío, haré como que no he leído esto cuando te salude...

8:10 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home